Ologa, esa llamarada permanente
Hay jardines colgantes para espantar el viento
Hay espejos en trance para conjurar relámpagos
Un trono en llamas para el Dios de las aguas azules
y un chimbangle de fuego para celebrarlo
Un cementerio entre juncos y malabares donde navega
el ataúd y una lágrima para desaguar olvidos
En procesión la rosa y una décima hacen fiesta de la despedida
Entonces en esos predios de agua las filiaciones se trastocan
Dicen de las mareas
De influjos astrales
Toque de luna
Insolaciones
Hay espantapájaros que enloquecen peces
y carnadas para atrapar pájaros
Hay taparas como sonajas donde se enreda el viento
y cuchillos en cruz para santiguarlo
Un silencio iluminado tras cada destello
Una sombra en llamas para el regreso.
Alexis Fernández, 2020.
Comentarios
Publicar un comentario